Ariadna acababa de llegar al mundo, apenas había visto su carita cuando me preguntaban-"¿Va usted a dar el pecho?", mi primer sentimiento fue la sorpresa (era una mujer sana, al igual que mi bebé) , pensé que se daba por supuesto y contesté-"claro",es más, lo estaba deseando, seguir conectadas, sintiéndonos la una a la otra, ofreciéndole mi cuerpo y todo mi amor. Pero la sorpresa continuó cuando subí a planta, me sentí un bicho raro pues una gran parte de las nuevas mamás con las que hablaba habían decidido no amamantar a sus bebés, decían cosas como: me duele, me da grima, se estropean mucho las tetas...
No voy a aburriros con los innumerables beneficios que tiene sobre vuestros hijos y sobre vosotras mismas, y por supuesto que cada uno es libre de tomar sus propias decisiones, pensando que estas son las mejores, seguro; pero si teneis dudas mi consejo es...no os negueís ese tremendo regalo que es la lactancia materna, quizá no se vuelva a presentar la oportunidad y os aseguro que la recompensa es inmensa.
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