Tener un bebé supone asumir la responsabilidad más grande y la alegría más absoluta que nos da la naturaleza

lunes, 14 de mayo de 2012

Sobre el Bisfenol A

Una vez más nos encontramos con un producto "más que sospechoso" que incide directamente sobre nuestra salud y que nos presentan como inocuo  y del que dicen que no hay que preocuparse mucho por los efectos sobre humanos.
Las grandes industrias (una vez mas el dinero de por medio) se justifican diciendo que los análisis que demuestran sus efectos nocivos están realizados sobre ratas y que no se puede extender los resultados sobre las personas.
El Bisfenol A, también conocido como BPA, se encuentra en gran parte de los productos que utilizamos en la vida cotidiana como biberones, botellas de agua de plástico, recubrimiento interior de latas...pero,
 ¿Para que se utiliza?
Se utiliza desde hace mas de 30 años como componente para la fabricación de policarbonato y resinas exposi-fenólicas. El policarbonato es un tipo de plástico rígido transparente que se utiliza para hacer envases de alimentos.
 ¿Cuales son sus efectos?
El BPA perjudica a nuestros hijos incluso antes de su nacimiento ya que las futuras mamás que entran en contacto con este producto químico lo incorporar a su torrente sanguíneo alcanzando al feto pudiendo provocar incluso malformaciones.
Los científicos han relacionado muy pequeñas dosis de exposición con cáncer, afecciones en las funciones inmunológicas, pubertad precoz (provocan un desequilibrio hormonal del cuerpo provocando anormalidades en su desarrollo y reproductivas como infertilidad, defectos de nacimiento y muertes fetales), obesidad, diabetes, hiperactividad entre otras.
Aunque sea mortal solo en dosis muy altas, las pruebas científicas sugieren que pueden interrumpir las funciones dominantes del cuerpo en dosis muy bajas y que se acumulan en nuestros cuerpos por años.
Aunque en algunos países ya ha sido prohibido su uso, esto es lo que dice la Agencia española de seguridad alimentaria y nutrición acerca del BPA.
Afortunadamente ya podemos encontrar en el mercado biberones y otros productos libres de este producto,solo tenemos que mirar la etiqueta o preguntar en el establecimiento.
Ya se que todos tenemos tendencia a confiar en los productos que nos venden para nuestros hijos, es lo lógico, pero parece que todavía prima la importancia del dinero sobre la salud y que las ratas de laboratorio hemos pasado a ser nosotros, como en otras ocasiones mi pregunta es, ¿sabemos que estamos consumiendo en realidad?. No hay ningún padre que quiera perjudicar a su hijo, es simplemente desconocimiento, al igual que tampoco se nos dice que uno de los mayores fabricantes de juguetes a nivel mundial acumula miles de denuncias por la utilización de productos tóxicos y desforestación tropical o que los parques de bolas donde juegan nuestros hijos están pintados con materiales nocivos.
En fín...cambiemos pequeños hábitos por nuestro bien y el de nuestros hijos, preocupémonos por la procedencia de lo que consumimos, es solo un consejo.



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